Desde el 14 de marzo al 21 de junio de 2020 vivimos en estado de alarma, confinados en nuestros hogares, todo para tratar de frenar la expansión de una pandemia, todo por el coronavirus. Durante ese tiempo fue necesario buscar otras formas de mirar, y no solo a través de las ventanas de nuestras casas en las que permanecíamos encerrados, sino en general. El horizonte nunca debe ser uno solo. Que al menos nos quedemos con tener otras formas de mirar, porque 3 meses más tarde del fin de ese estado de alarma e inicio de esa «nueva normalidad», seguimos casi igual, haciendo las cosas igual, mirando por las mismas ventanas.
