María Sánchez, lanza su proyecto “Cartera” por el siguiente motivo;

Mi madre me lleva en su cartera cuando sale a comprar el pan, de paseo, de compras, en el médico… Este mismo impulso de acompañamiento, nostálgico, es el que me lleva a buscar proyectos para el espacio de las fotos de mi cartera.

Tras la invitación para participar en este precioso proyecto, pienso en el contenido de mi cartera, de la de mis padres, estando presente en casi todas, la identidad, al menos la oficial, pero también la no tan oficial, formada por lo que importa, por las fotos a las que se refiere María. Esas fotos, además de identidad son memoria, y por tanto está presente el tiempo pasado. Pero por otra parte también estaba presente el tiempo presente y futuro, en forma de calendarios de bolsillo, al menos hace unos años, ya que con los móviles y sus agendas esta presencia ha ido desapareciendo. E indudablemente está presente una mezcla del poder o el valor, por la presencia del dinero, bien en forma de metal, papel o plástico y su potencial. Pero, ¿que ocurre con el espacio? ¿en qué manera está presente el lugar en este espacio expositivo que ha elegido María?

La propuesta reflexiona sobre esta dimensión espacial de la cartera, en la que el espacio no es importante por su presencia, sino es relevante la manera en la que la cartera está en el espacio. Por nuestra relación con este objeto que alberga todas estas dimensiones, poder, identidad, memoria, la manera de estar en el espacio es la misma de la de su dueño, acompañándolo en sus desplazamientos.

Llevar esa particularidad tan importante de estar en el lugar al propio objeto es el objetivo de la propuesta, y la forma de realizarlo es con una medida acumulativa del espacio. Una forma de medida poco frecuente, ya que en las representaciones o medidas del espacio, son medidas relacionadas y orientadas a la comprensión bidimensional o tridimensional del mismo. Pero en este caso la medida del espacio pasa a ser la acumulación de la distancia recorrida por esa cartera. Dejando de fijar la mirada en lo que contiene para fijarla en dónde está, en como se mueve, en la cantidad que se mueve. Con esa particularidad de medida de lo espacial, cercana a las estrategias habituales en la medida del tiempo. Tomando como información lo acumulado, en este caso distancia, sin importar el lugar por donde ha pasado, que lugar ocupa o que ocupará. Lo mismo que en la medida de los años transcurridos no se cuestiona el cómo han transcurrido.

María lleva un podómetro en el monedero de su cartera, que se activa con el movimiento y pasa a reposo con la ausencia del mismo, registrando de este modo, de manera acumulativa el lugar de esa cartera. La pieza consiste en la visualización del registro de esa distancia acumulada cada vez que sea mostrada.